El radiador de hierro fundido es el clásico de los clásicos, siendo uno de los calefactores más populares en Europa por su elegancia conservadora y de fácil limpieza que le otorgan ese título.
Si bien es cierto que el modelo más común de radiador de hierro fundido es el de columnas, con el tiempo, las distintas marcas se han centrado en innovar para dar con nuevos diseños, más estéticos y menos tradicionales, aunque algunos aún prefieran inclinarse por el último.
Tener un radiador de hierro fundido en casa es adornarla con la historia, que desde hace mucho brinda ese confort de aterciopelado calor, tan necesario en esos largos días fríos.
¿Cómo surgieron los radiadores de hierro fundido?
Según cuentan, a partir de de la revolución industrial a finales del siglo XIX, los materiales como el hierro fundido ya eran utilizados para la elaboración de calefactores instalados en calderas comunitarias que abrigaban a las familias de la época, pero con el inconveniente de que a mayor recorrido, menor calor llegaba a los puntos finales. Por lo que se tenía que calentar aún más el agua para que llegase a buena temperatura en las últimas viviendas, pero con el inconveniente de que a las primeras casas llegaba demasiada caliente, un caos total que aún sigue latente en buena parte de las calderas comunitarias de circuito de agua.
Con el pasar de los años fueron apareciendo nuevas tecnologías que permitieron optimizar el funcionamiento de estos radiadores. De agua caliente propia, a gas y eléctricos, fueron algunas de las soluciones que al sol de hoy se agradecen.
¿Cuál son las ventajas de comprar un radiador de hierro fundido?
Apreciados por su emisión de calor agradable con elevada inercia térmica, calidad, durabilidad, propiedades anti-corrosión y buena estética, este tipo de calefactores, sin duda, son la opción más acertada en el mercado de los radiadores.
Su carta de presentación es su calidad y durabilidad. Al adquirir un calefactor de este material estarás invirtiendo en un producto que pasará de generación en generación.
Otros de sus atributos son:
*El hierro fundido tiende a soportar golpes por su formidable resistencia mecánica.
* Tardará tiempo en perder la temperatura que han absorbido del agua, precisamente por la buena inercia térmica de sus propiedades.
*Su temperatura es notoriamente más estable que otros materiales.
Así que no se diga más, si deseas ahorrar invirtiendo en calidad y durabilidad, un radiador de hierro fundido es la comprar ideal. Con uno de estos tendrá aquella historia que por décadas cobijó y sigue cobijando a las familias en días helados y una serie de dotes que lo catapultan como lo que es, un clásico dentro de los clásicos.